as told by Gabrielle

Picture this, me, running late and frantically trying to catch a bus that doesn't exist. A handsome stranger comes up to me and offers some advice on how to get to get where I was going (at least I think that's what he was saying, I couldn't speak Spanish yet). That same night, we end up chatting for hours (how? who knows!) and going out dancing. After that night, we spent many more nights together cooking (and eating) empanadas, playing soccer,  going on long walks and, of course, dancing. 

We kicked off 2018 in Montanita, Ecuador, where we got (2 for $25) tattoos and adopted our dog Bella from a cardboard box on the side of the road. A few months later, I was forced to leave Ecuador (some would say I was deported) and Erik chivalrously agreed to move to Colombia with me. We spent nearly a year in Colombia, visiting Bogota, Medellin, Guatape, San Rafael, and Cartagena.

In January 2019, Erik and I moved to Mexico City, where we fell in love with the food, culture and sites. In November of 2020, mid pandemic, Erik was able to join me in Washington, D.C. and we eloped on January 2nd, 2021. Now, we are so excited to return to Cartagena, Colombia for our wedding. We are immensely grateful to share this beautiful chapter with our friends and family. Get ready for salsa, beaches, and perhaps even more tattoos (just kidding!) as we dance into this next adventure together. 

escrito por Erik Paúl

Fue un viernes 21 de abril de 2017, un día como cualquier otro. Salí de mi trabajo en San Antonio de Ibarra y estaba cansado, escuchando música con mis audífonos. No sé por qué quise escuchar la música a un volumen no muy alto ese día. Esperaba el autobús que me llevaría a mi ciudad, que no está muy lejos de allí. De repente, pude ver y escuchar a una hermosa mujer que preguntaba a todos los autobuses que llegaban a esa parada si podrían llevarla a una ciudad distinta. Me acerqué para ayudarla, un poco avergonzado, y le comenté que en esa parada no podría obtener un autobús hacia la ciudad donde quería ir. Cuando me respondió, pude darme cuenta de que no hablaba español, así que le ofrecí mi ayuda para llegar a su destino (hasta ahora no sé si entendió todo lo que le dije, pero aceptó mi ayuda). Esperamos en la parada durante un poco más de una hora, estuvimos hablando o intentando hablar (¡a través de mímicas!). Durante ese tiempo, me invitó a la fiesta donde tenía sus planes esa noche, y acepté ir. Llegamos a la fiesta, hablamos un poco más, bailamos, tomamos algunas bebidas y así sucesivamente. Después de esa noche, tuvimos largos paseos, picnics, nos vimos en más ocasiones y, por supuesto, bailamos mucho más, etc., y sin darme cuenta, transcurrió el año 2017. A principios de 2018, en Montañita, donde nos hicimos nuestros tatuajes (2 por 25 dólares), adoptamos a nuestra hermosa perrita Bella de una caja de cartón en una esquina de la carretera. Pasamos bien unos meses más, hasta que me dio la noticia de que estaría obligada a salir del país. En ese momento, me puse muy triste, pero después de hablar y entender bien lo que pasaría, decidimos ir juntos a Colombia. Sería algo nuevo para los dos. Estuvimos casi un año en Colombia, visitando Bogotá, Medellín, San Rafael, Guatapé y Cartagena.

En enero de 2019, comenzamos nuestra siguiente aventura: nos mudamos a la Ciudad de México, México. Nos encantaron sus tradiciones, costumbres y, por supuesto, su comida. En el año 2020, cada uno visitó a su familia sin saber que llegaría la pandemia y tendríamos que estar separados durante casi un año (estuve con mi familia, pero la extrañé mucho más de lo que pensé). Después pude reunirme con Gabri en Washington, D.C. Nos casamos el 2 de enero de 2021.

Ahora, estamos muy emocionados de regresar a Cartagena, Colombia, para celebrar nuestra boda. Estamos inmensamente agradecidos de compartir este hermoso momento con nuestros familiares y amigos. Prepárate para la salsa, la playa y tal vez algunos tatuajes más mientras bailamos en esta siguiente aventura.